<Qué basura la escala de valores!> gritó desde la cima de su mentón. No podía dejar de pensar en esa tarde dónde por fin su color tornó gris y amarillo. Cuánto odio podía soportar su persona? Qué bronca!.
<Qué asco la palabra "qué", la odio>, no dejaba de decir. Qué era eso que le atormentaba? que no le dejaba dormir? o que hacía que duerma demasiado? Qué bronca!
Luci, dejá de molestarme, no quiero en pensar cuánto valés ahora, ni antes, ni nunca. Te odio, no quiero verte caminar por mi frente y mis pómulos nunca más, nunca nunca. Nunca digas siempre, siempre decí que no tenés esperanzas, que así, los ladrones se van a centrar sólo en tu vacío, que es tu objeto más preciado.
Qué idilio, no? Qué basura, por dios. Por mi, por vos, por ellos, por nadie, te odio.
Cuanta fealdad hay en tu alma, cuánta mierda hay en la mía. Qué demonios hago acá? quién me trajo?, quíén me va a llevar de vuelta a mi cueva?
No quiero salir de ahí, el aire es cálido y húmedo, no se puede respirar con facilidad, es perfecto. Oh, mi cueva, cómo la extraño.
No sé que es peor, amenazarte con el suicidio, o amenazarte con ser feliz. Qué miedo tengo!, <por favor, dejá de decir "qué", es odioso. Te odio. Reemplazala al menos, usá algo más lindo. Usá... no sé, Maiz, o Aristocracia, o Benjamin Franklin. Cualquiera, podés elegir la que más te guste.>
Aristocracia basura!, Benjamin Franklin hago acá? no quiero estar encerrado con vos, ni en vos. Maiz bronca!
"Por qué la puerta de tu vida no tiene cerradura? cómo podría entrar?" Un joven del público gritó desesperadamente: "NO TIENE CERRADURA PORQUE SE ABRE DESDE ADENTRO".
No pude resolver otra cosa que escupirle la cara y llenarlo de besos, abrazos y puñaladas.
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