domingo, 17 de octubre de 2010

Pendiente

Hace un tiempo, (no más de 2 semanas), que quería escribir algo con respecto a una situación que presencié.
 Apenas sucede lo de mi abuelo, mi casa se convierte en una romería de gente, nada sorprendente ante un suceso de tal magnitud.
 Mientras iban llegando de a grupitos los familiares, noté el impresionante parecido que hay entre el llanto más profundo y triste de una persona, y su risa mas escandalosa y sentida.
 Ahí fue cuando pensé, que se producía una lucha interna entre perder a uno de los seres más maravillosos que tuvimos en nuestras vidas...y recordar todos los momentos que vivimos junto a él, que nos hacen olvidar, en cierta forma, el dolor que sentimos, y este es remplazado en su totalidad por alegría.
 Fue algo que aprecié en ese momento, la impresión duró unos pocos minutos, después el ambiente fue invadido por una ola de pseudo-tranquilidad, acompañada por un punzante dolor, parecido al de tener una espina abajo de la uña...ese que vuelve de a ratos. El dolor volvía cuando te acordabas que tenías esa espina, y la imagen de la cama funcionaba de empujón, para que esa espina se clavase cada vez más y más profundo, desgarrando la sensible piel. No hay escudo, no hay uña que soporte semejante fuerza. Fue realmente terrible.

Hoy, poquito tiempo después, quedan aún restos bajo esta uña, siguen doliendo y ardiendo. Pero la sensación está dominada por el orgullo y el amor...no está todo tan mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario