miércoles, 10 de julio de 2013

En memoria.

 Lloro, alegre, sabiendo que hoy por fin se cumplió el sueño de mi abuelo... eso que deseó con tanta fuerza y esmero durante tantos años tristes y de lucha trascendental. Años de ver a su amor irse por causas mayores... irse de su lado después de tanto tiempo, de tanto amor y de tanta vida juntos.

 Abuelo, se bien que desde que te fuiste, esperabas en las puertas de vaya a saber uno dónde la llegada de tu amor, para recibirla con uno de esos besos de película, a lo Humphrey Bogart e Ingrid Bergman. Porque viviste para ella y para el amor, sobretodo el amor. Amor a vivir y a que los demás vivan con amor.

 Hoy, de nuevo hoy, tu eterno amor vuelve a unirse a vos, en un nirvana de tristeza y recuerdos.

 De este lado, de nuestro lado, la abuela se va por terrenos intransitables al encuentro que yo sé que tenían pactado.
 Me entristece mucho el hecho de poder estar escribiéndoles en esta ocasión a los dos juntos, ya lejos del sonido de mi voz, pero lo único que me importa aún más que el dolor y las ganas de llorar, es saber que ustedes son los que me hicieron creer en el amor, en el amor de verdad, el que es para siempre, que duele y duele y lastima y lloramos pero nos amamos, para siempre nos amamos porque para eso estamos. Para amarnos para siempre, y vivir uno para el otro.

Gracias por ser lo mejor que existió, gracias por enseñarme a ser lo mejor persona que puedo día a día,
gracias por enseñarme a amar, a vivir amando.
Gracias por amarme, yo los amo por siempre. 

Hoy por fin, juntos para siempre, por el resto de la eternidad.

   R & J.

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